El pintor zacatecano, Manuel Felguérez perteneció a un grupo de artistas que rompió con lo establecido en la plástica mexicana, para crear lo que se llamó la “Generación de la Ruptura”, de la que surgieron nuevos estilos de expresión, una ola vanguardista a la que se unió Vicente Rojo, Pedro y Rafael Coronel.
La crítica especializada lo catalogo como el “gran pintor abstracto zacatecano”. En una de sus reflexiones expresó: “la gente está familiarizada con el mundo de la abstracción de una manera tan natural como con el de la figura. La abstracción no es más que el gusto por el color, por la textura, por la forma, que son los elementos de la plástica”.
En nuestra plática de aquel entonces el maestro Felguérez, con su inseparable pipa entre los labios, recordó: “cuando era niño tomaba las reglas que en ese entonces eran de madera y tallaba figuras de animales sólo por el gusto de usar las manos. Cuando joven me apasionó la cacería y aprendí a disecar lo que cazaba, dando una imagen de vida a algo muerto, creo que esa fue la mayor aproximación a lo que en el futuro iba a desarrollar".
Uno empieza sin saber por qué ni cómo, y yo inicie como escultor, a través de los años he mantenido mis dos disciplinas ambas me apasionan. Cuando pinto no esculpo y viceversa, no puedo hacer una cosa por ratos, tengo que meterme de lleno en lo que hago. Cuando realizo un cuadro busco que me provoque sensaciones agradables y, si es posible, un placer estético, pero en esa búsqueda de la belleza se lleva uno decepciones. Es una lucha en la que prácticamente esta uno metido en todo.
Mi manera de ser está en la obra, ahí voy dejando embarrada mi vida”. Hoy, los pinceles y los cinceles del maestro Manuel Felguérez descansan.
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