La calidad de los artesanos mexicanos es reconocida en muchas partes del mundo y entre toda la diversidad de artesanías creadas por manos mexicanas se encuentra la “Silla Acapulco”, la “silla huevo” o “el satélite” como también se le conoce, creada en los años cincuenta.
Se desconoce quién o quiénes la crearon, lo que si sabemos es cuándo y dónde. Este excéntrico mueble se popularizó en los años 50s y debe su nombre al legendario Resort Pacífico Acapulco, un legendario hotel que se ubicaba junto al famoso acantilado de La Quebrada, lugar que en esas épocas era muy visitado por las celebridades de la época de oro del puerto guerrerense.
En esa época Acapulco era una de las playas más glamorosas del mundo, donde actores y artistas de la talla de Tom Jones, Frank Sinatra, Elizabeth Taylor, Sean Connery, Ava Gardner, entre otros, pasaban largas temporadas vacacionando. En este puerto pasaron su luna de miel John F. Kennedy y Jackie Kennedy.
En la década de los 60s, la Silla Acapulco se convirtió en una pieza clásica de las terrazas y playas de Acapulco. Los artesanos que la diseñaron buscaban un asiento que dejara pasar el aire y aminorara el calor tropical, es decir algo fresco para sentarse, formaron el cuerpo de la silla con fierro y lo cubrieron con hilos plásticos tejidos de llamativos colores. El diseño de la Silla Acapulco se puede catalogar en el concepto de diseño vernáculo o local, ya que su origen se dio en el trabajo de artesanos de las costas mexicanas.
En la actualidad la famosa silla de los años 50s se continúa utilizando no solo en las playas sino en las zonas urbanas de México y otros países. Al no tener copyright, no existir planos originales del diseño o fabricante oficial, se ha convertido en propiedad del mundo entero. Sin embargo, la peculiar y exótica forma de esta silla nos debe llenar de orgullo ya que podemos presumir de contar con una silla con denominación de origen.
Los muebles artesanales como el equipal, las hamacas y los petates son ejemplos de esta clase de diseño y continúan siendo utilizados no solo por las comunidades que los fabrican, sino por la mayoría de los sectores urbanos que los adoptan por su comodidad, practicidad y valor simbólico nacional. La Silla Acapulco ha disfrutado de un éxito continuo durante casi cinco décadas, a pesar de haber sufrido modificaciones en pro de la resistencia y la comodidad, ha sabido sobreponerse al paso del tiempo.
Después de que te enteres de su historia ¿no te gustaría tener una Silla Acapulco? Apoyemos a nuestros artesanos.
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