Fundado en el siglo XVI, Jerez conserva intacto su sabor colonial y su grandeza. Sus bulliciosas calles con sus casas tradicionales, sus portales, sus plazas y sus iglesias, hacen que pasar aquí un fin de semana sea un verdadero deleite. Además, se encuentra a tan sólo 35 minutos de la ciudad de Zacatecas, por lo que no hay pretexto para no disfrutar de su gastronomía, su excepcional arquitectura y la calidez de su gente.
Aquí comienza el viaje...
La plaza principal de Jerez lleva el nombre de Jardín Rafael Páez, a diferencia de otras plazas, no es una explanada sino un hermoso jardín y se accede a él a través de un pórtico. En esta plaza el sabor de provincia se percibe cuando en sus bancas se ve a los hombres jugando dominó y a las mujeres simplemente conversando. Al centro se encuentra un quiosco estilo morisco con base de cantera y alrededor del jardín están las bandas del famoso tamborazo en espera de clientes. Visto desde arriba, el Jardín Rafael Páez forma una rosa de ocho pétalos.
Las fiestas patronales
Entre el 7 y 15 de septiembre, son las fiestas patronales en honor a la Virgen de la Soledad, patrona de Jerez, que se desarrollan en la Plaza Tacuba, a solo dos cuadras de la plaza principal, aquí se puede admirar los famosos “Castillos” de fuegos artificiales.
Visitemos el panteón
Uno de los lugares más emblemáticos de Jerez es el Panteón de Dolores, considerado como una joya arquitectónica por sus mausoleos, columnas, templetes, pórticos, sarcófagos y obeliscos labrados por verdaderos artistas artesanos. Este Panteón se inauguró durante la primera mitad del siglo XIX.
Toma nota
El santuario de Nuestra Señora de la Soledad fue construido en 1805, aquí se rinde culto a la patrona de los jerezanos, quien ha sido reconocida por importantes militares de la región, pues según se dice, ha intercedido en varios hechos de guerra.
El festejo se lleva a cabo a través de una danza en su honor en la que hombres, mujeres y niños, lucen trajes de matlachines y bailan al son del tamborazo y la banda zacatecana.
Otro de los lugares imperdibles de Jerez, es el Edificio de la Torre, construido en 1894, que ostenta una interesante combinación de estilo gótico y mozárabe mudéjar. Desde sus ventanas se tiene la mejor vista del portal del Santuario de la Soledad. Dos cuadras adelante por el andador artesanal, se ubica el templo de la Inmaculada, el primero que se estableció en Jerez con la llegada de los españoles a la zona.
Casa de Ramón López-Velarde: Visita obligatoria
Por medio de audiovisuales, sonorizaciones e incluso olores, el museo recrea la atmósfera que sirvió como fuente de inspiración para uno de los más grandes poetas de la historia de México.
El museo fue inaugurado en 1951, además de conocer más de la vida del poeta, es una buena oportunidad para ver cómo eran antiguamente las casas jerezanas.
Es imposible irse de Jerez y no llevarse un pedacito de este hermoso pueblo a través de su tradicional artesanía, las arracadas jerezanas y el cinto piteado. Las arracadas se siguen elaborando a mano según la tradición que inicio Don Justo García cuando fue aprendiz del platero español Juan de Ostante.
La talabartería trabajada con la técnica del piteado es otra de la artesanía que llama la atención. Para hacer este trabajo se utiliza la fibra de pita, con la que se bordan diseños en la piel para imitar los bordados que hacían los árabes con hilos de plata.
Para abrir boca...
La gastronomía zacatecana es deliciosa, prueba de esto es el asado de boda, platillo que, como su nombre lo indica, se sirve comúnmente en las bodas regionales. No hay nadie que lo haya probado que no opine que es un verdadero manjar.
Saborea las ricas tostadas jerezanas, hechas de maíz y los “duros”, trozos de chicharrón servidos con cueritos o pata de puerco y bañados en salsa de chile colorado, ajo, orégano y jitomate.
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