Situadas a 10km al oeste de la población pesquera de Peniche, las asombrosas y aisladas Islas Berlengas son el hogar de la reserva natural del Archipiélago de las Berlengas en Portugal. Se puede visitar y explorar la más grande de las tres islas, conocida como Berlenga Grande, en una excursión que está considerada una de las mayores atracciones de la región de Peniche.
Las Islas Berlengas forman parte de un paisaje natural de gran dramatismo, y contienen la fortaleza más panorámica de Portugal, y en las aguas cristalinas que las rodean vive una inmensa variedad de vida marina. Hay mucho que ver y hacer en las Islas Berlengas, y su muy variada oferta de actividades atrae año con año, una amplia gama de visitantes diferentes. La pequeña playa de Berlengas está considerada una de las más pintorescas de la zona central de Portugal, y sus aguas son ideales para la práctica del snorkel. También ofrece la posibilidad de observar a las aves desde los senderos de escalada que trepan por las empinadas colinas que hay diseminadas por las islas.
Los más aventureros pueden considerar la posibilidad de explorar la fortaleza de São João Baptista, con sus estrechos puentes de arcos y su paisaje idílico. Del puerto salen excursiones en barcos con suelo de cristal, en cuyo recorrido se exploran las cuevas y grutas, y la abundante vida marina que rodea las islas. Históricamente, las Berlengas fueron un emplazamiento que era importante defender. Las islas podrían haber supuesto una zona de preparación ideal para atacar la costa portuguesa, por lo que en el siglo XVII se construyó allí la fortaleza de São João Baptista. Esta pequeña fortaleza es uno de los edificios más impactantes visualmente de Portugal, elevándose sobre las aguas color turquesa del océano y conectada mediante estrechos puentes de arcos.
El valor defensivo de este tranquilo paraje quedó espectacularmente demostrado en junio de 1666, cuando sólo veinte soldados atrincherados en el interior del fuerte resistieron un asedio por parte de 16 buques de guerra españoles y más de 2.000 soldados. La fortaleza sólo se abandonó al agotarse totalmente sus reservas de munición, pero el ataque se cobró la vida de 500 marineros españoles, y solamente un soldado portugués.
Hoy, la histórica fortaleza se ha convertido en un hostal y está totalmente abierta al público para su exploración.
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