Puerto Vallarta es un lugar mágico donde la sierra, los ríos y el Océano Pacífico se unen para dar vida a este paraíso de hermosos paisajes.
Conocida como la playa más tradicional de México por su centro histórico y la amabilidad de sus pobladores, este municipio nos invita a recorrer el Malecón, uno de los iconos emblemáticos de la ciudad, no sólo porque se encuentra al lado del mar y ofrece bellas vistas de la bahía, sino porque en su recorrido concentra una gran variedad de restaurantes, bares, galerías de arte, joyerías, tiendas, esculturas y atractivos que lo convierten en el lugar preferido.
El muelle de Los Muertos es una divertida mezcla de lo viejo y lo nuevo, lo tradicional y lo moderno; ubicado dentro de una de las playas más populares, es un excelente lugar para relajarse, tomar una cerveza y gozar las puestas de sol.
Este sensacional destino tiene un toque especial que no cualquiera puede preciarse de tenerlo. Una mezcla perfecta entre el lujo y la modernidad como la que se puede apreciar en la Marina, por mencionar uno de tantos lugares, y la calidez de su colonial pueblo que refleja de manera bella y casi exacta como era el México antiguo, razones que han hecho de Puerto Vallarta uno de los destinos de playa más visitados en el país.
Puerto Vallarta salto a la fama gracias la inolvidable pareja Elizabeth Taylor y Richard Burton, en 1962, por su apasionado romance durante la filmación de La Noche de la Iguana y las maravillosas casas que construyeron.
Actualmente es hotel de súper lujo, Casa Kimberly que guarda una historia maravillosa, una historia de amor. Las antiguas casas de Elizabeth Taylor y Richard Burton se combinan para crear nueve suites, un spa, una piscina, un comedor al aire libre, un bar de tequila y el preservado Puente del Amor. Los amantes, artistas y aventureros están invitados a enamorarse nuevamente.
Una de las partes más características del Viejo Vallarta es por supuesto el centro, un hermoso y romántico lugar que se distingue desde lo lejos por su emblemática torre de la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, ubicada a unas cuadras del malecón y que los oriundos del lugar la llaman también orgullosamente la Catedral de Puerto Vallarta.
La Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe es un emblema para Puerto Vallarta, que además la coronó. Un lugar imperdible que te invitamos a conocer. La encontrarás en fotos, postales, playeras, logotipos, pero nada es mejor que te adentres en su historia.
El diseño original la realizó el padre Rafael Parra Castillo que incluía una corona para literalmente “coronar” la iglesia en honor de la Virgen de Guadalupe en 1952. Una vez terminada la torre principal, José Esteban Ramírez Guareño realizó la corona original hecha de concreto que se colocó en la torre en 1965, lugar que mantuvo hasta el terremoto de Colima que afectó a Puerto Vallarta en 1995. Una nueva corona esculpida por el artista jalisciense Carlos Terres, se colocó nuevamente en la parroquia reestableciendo el símbolo de la ciudad en toda su gloria y majestad.
La corona se llama “Tecuntlanopeuh”, que en Náhuatl significa “La que tuvo origen en la cumbre de las Peñas”, Las Peñas de Santa María de Guadalupe, era el nombre original de Puerto Vallarta, antes de 1918. La corona tiene 10 metros de diámetro y 15.5 metros de altura y está producida con una técnica llamada “terroca”.La corona incluye una serie de símbolos y números que tienen alguna relevancia religiosa o numerológica. Hay 8 ángeles que sostienen la corona en alto, todos tienen símbolos marianos en sus pechos. Tiene 24 joyeros alrededor de la corona en el anillo, que representan las 24 horas del día. Las 5 frondas de palma grandes, representan 5 momentos cruciales en la historia de Puerto Vallarta, incluyendo la fecha de su fundación. La corona está rematada por un mundo de cristal y una cruz, como las que normalmente portan los reyes y reinas en sus manos.
La iglesia con su peculiar combinación de estilos que van desde sus torres renacentistas y el estilo neoclásico de su cuadro principal hasta los detalles de arte popular y contemporáneo mexicano, se convierte en una obra de arte lograda por la combinación de criterios y trabajo de albañiles, párrocos y habitantes de la ciudad, que contribuyen con la pintoresca belleza del Vallarta que refleja los tiempos de antaño.
Otro de los lugares que hoy día caracterizan el Viejo Vallarta es, sin lugar a dudas, la Zona Romántica, esta pintoresca área llena calles empedradas y casas cuyos techos de tejas rojas y sus balcones coloniales, además de sus blancas paredes y jardineras llenas con flores de distintos colores, nos remiten a los inicios de este lindo puerto.
En esta zona se encuentra además el palacio municipal, el famosísimo y recién remodelado malecón de Vallarta, la plaza central, una gran variedad de tiendas tradicionales y galerías en las que se puede encontrar diversidad de artesanías, recuerda que hay que apoyar a nuestros artesanos, o bellísimas obras de arte de todas partes del mundo así como artículos comerciales para todos los gustos.
Puerto Vallarta se ha desarrollado durante las últimas décadas en muchos aspectos, pero su esencia sigue siendo turística, ejemplo de ello es los se conoce como Nuevo Vallarta. Pero con todo el lujo, las comodidades y la modernidad que estos complejos ofrecen, la parte vieja del Puerto permanece como uno de los lugares favoritos de los turistas.
Un paseo por sus calles empedradas llenas de gente amable inmersa en el bello ambiente de Vallarta, un recorrido por sus ríos y puentes; una deliciosa cena en cualquiera de los restaurantes ubicados sobre las veredas que ofrecen una bella vista hacia la bahía, quizá una tarde de compras en las distintas galerías de arte, o un café al atardecer harán que su visita sea realmente singular y puedas llevarte un poco de la esencia del corazón de Puerto Vallarta.
Este destino turístico tiene mucho que ofrecer, es para todos y para todos los bolsillos, puedes gozarlo sin gastar un peso, simplemente recorre su Malecón que es un festín de experiencias y diversión, admira las esculturas, las que los paseantes hacen con la arena y las que realizan los verdaderos artistas, aterriza en el anfiteatro, ubicado a un lado de los arcos, donde hay música y humor, pero sobre todo goza las puestas de sol que está al alcance de todos.
Este recorrido es un tipo de inmersión, no precisamente acuático, sino más íntimo y cercano a la idiosincrasia mexicana. ¡Viajemos México!
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