Es la capital de los Países bajos, está situada entre la bahía del IJ, al norte y a las orillas del río Amstel al sureste. Esta ciudad es abierta y tolerante, combina una sólida cultura, con gente de hábitos sencillos.
Ámsterdam combina sus extensos canales y numerosos puentes con la original arquitectura de los siglos XVI y XVII, su historia viva la hacen una de las ciudades más románticas de Europa. Sus famosos museos son el orgullo de la ciudad, puedes comenzar conociendo los tesoros del Rijksmuseum, hacer cita con Vicent en el Museo de Van Gogh y admirar en el Stedelijk Museum obras de Cezanne, Monet, Picasso, Chagall entre otros. Los museos de Amstedam son más de 50 y los visitan millones de turistas. El Museo Casa de Rembrandt es una casa restaurada del siglo XVII donde el pintor vivió y trabajó durante 20 años.
La Casa de Ana Frank, en el Prinsengracht, es un museo dedicado a la diarista de guerra judía que se ocultó de la persecución nazi con su familia y siete personas más en el ático y el desván del edificio, tapada la entrada por una falsa estantería, conocerlo te dará mucho que pensar.
La Plaza Dam es la plaza principal, sus edificios son notables por su arquitectura, y sus frecuentes eventos la convierten en uno de los lugares más conocidos e importantes de la ciudad.
La Oude Kerk, es el edificio más antiguo de Ámsterdam, con su iglesia parroquial consagrada en 1306 por el Obispo de Utecht, con San Nicolás como su santo Patrono. Luego de la Reforma de 1578, se transformó en una iglesia calvinista, lo que continúa siendo hasta nuestros días, con actividades religiosas y culturales.
Aprovecha para probar delicias locales como la tarta de manzana, las patatas fritas, los panqueques gigantes de diversos sabores, el arenque y, desde luego, no olvides la variada oferta de cervezas y ginebras que se sirven en los bares originales de los años 1600.
Guía gastronómica
Bord´eau - Definido por la guía Michelin como “delicioso y sofisticado”, cuenta con dos estrellas Michellin y presenta la cocina de Richard van Oostenbrugge. Su platillo estrella son las ostras holandesas con consomé frío de rodaballo.
Hannekes Boom - Un restaurante informal y fresco. Un espacio gastronómico con impresionantes vistas a la Bahía IJ, al Museo Marítimo Nacional y al Museo de la Ciencia NEMO. Su propuesta culinaria es fresca y orgánica al más puro estilo holandés.
Vinkeles - En el distinguido hotel The Dylan de la capital, se encuentra el restaurante Vinkeles, una verdadera apuesta por el clasicismo. El cocinero Dennis Kuipers y su equipo son los encargados de presentar una cocina francesa de una impecable manufactura. Una de sus creaciones es el hamachi crudo, un producto marino que se acompaña de fresas, yuzu, coco, jalapeño, pistacho y lavanda. Tiene una estrella Michelin.
Moeders - Este es un restaurante singular, un espacio en el que las madres se llevan todo el protagonismo porque sí, porque lo merecen. Ellas son únicas e irrepetibles, las que nos dieron la vida y las que, en la mayoría de los casos, tantas veces nos alimentaron con sus platos. En homenaje a ellas, este establecimiento prepara los mejores platos típicos holandeses como lo haría una madre, de forma casera y con mucho sabor, con guisos como el “Suddervlees”, de carne con patatas cocidas y col roja, como bandera. En todas partes encontrarás fotos de las madres de sus comensales. Muy original y curioso.
Hoteles
Sofitel Legend the Grand Amsterdam - Este mítico hotel en la ciudad de Ámsterdam está ubicado en un edificio que ha sido un convento, dependencias reales y hasta ayuntamiento de la ciudad. Tras una minuciosa y cuidada renovación por parte del diseñador francés Sybille de Margerie, se ha convertido en uno de los mejores hoteles en el centro de Ámsterdam. El hotel cuenta con restaurante con estrella Michellin Bridges, un bistró parisino, biblioteca, cafetería y una terraza con jardín. Cuenta con 52 suites.
Boogaards B&B - Este Bed & Breakfast se encuentra en el distrito de los canales a tan solo unos minutos de la Plaza Dam. Está ubicado en un edificio del siglo XVIII que combina la magia y el encanto de esa época con las necesidades y servicios del siglo XXI. Las habitaciones han sido decoradas de forma clásica y el mobiliario es de lo más cómodo para priorizar el descanso de los clientes tras un día de intenso turismo por la ciudad. Todas cuentan con baño en suite y aire acondicionado para los meses de verano.
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